Pablo Pérez
En
Venezuela parece costumbre que el gobierno hace lo que quiere con la
Constitución Nacional. Durante 14 años la han amoldado a sus intereses con la
complicidad de los poderes públicos, los cuales carentes de autonomía, avalan
cualquier maniobra que emane desde el ejecutivo.
No
entienden las razones de la protesta. Se niegan a admitir que la crisis se
traga su modelo socialista fracasado. Prefieren reprimir con una dureza nunca
vista en Venezuela. Su estrategia es acabar con las manifestaciones en la calle
atacando al pueblo y sus líderes.
En su
equivocación están usando al Tribunal Supremo de Justicia para intentar
descabezar a la disidencia política en Venezuela. Por eso las recientes
decisiones contra los alcaldes para que repriman las protestas y hasta se
atrevieron a encarcelar al alcalde del municipio San Diego en Carabobo, Enzo
Scarano.
A los
alcaldes que aún no detienen, los llenan de amenazas. Irrespetan el marco legal
que establece que los burgomaestres carecen de competencias en el control del
orden público. Las policías municipales son administrativas y no tienen ninguna
atribución en el combate de las protestas.
Quieren que
los Alcaldes hagan lo que ellos no han podido hacer. Pretenden que enfrenten al
pueblo que está en la calle espontáneamente por la elevada inseguridad, la
severa escasez y la creciente inflación. Como ya lo dije en un artículo
reciente: la crisis es de fondo y no de forma.
Y mientras
tratan de desactivar la crisis instauran el tribunal de la inquisición contra
la disidencia opositora. Dinamitan el estado de derecho con la anuencia de los
poderes públicos. En Venezuela no hay equilibrio de poderes, sino el abuso de
esos poderes. Mediante ese uso abusivo del poder destituyen a alcaldes electos
por la voluntad de más del 60% de los habitantes de sus municipios. Atropellando
pretenden despojar a María Corina Machado de su condición de diputada electa
por el pueblo.
Las
arbitrarias detenciones de Enzo Scarano y Daniel Ceballos, sumadas a los
ataques contra Gerardo Blyde, Ramón Muchacho, David Smolansky y Eveling Trejo
de Rosales no ayudan para nada al diálogo sincero que amerita la gravísima
situación del país.
Esta crisis
dejó desnudo al gobierno. El boicot aplicado a la intervención de María Corina
en la OEA confirma la grave situación que se vive en Venezuela. Intentan
esconder las violaciones a los derechos humanos, pero las redes sociales y el
empeño de un pueblo decidido los denuncia todos días ante la opinión pública
mundial.
Esta no es
la vía para resolver la crisis del país. El camino correcto pasa por admitir
que el modelo socialista fracasó y sentarse a dialogar sin ventajas, ni trampas
con la disidencia. Y sobre todo, que el gobierno se comprometa a acatar la
Constitución Nacional y no que sigan violándola impunemente. A quienes están en
la calle protestando les digo: el tiempo de Dios es perfecto. La justicia
llegará y la democracia triunfará.
@PabloPerezOf
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