miércoles, 17 de julio de 2013

El “bachaqueo” se los tragó

Pablo Pérez 
Definitivamente no dan pie con bola. Un mes ha pasado desde que anunciaron con bombos y platillos el combate contra el “bachaqueo” en el Zulia, y los resultados parecen una fotografía tomada en aquel momento, pues seguimos sin encontrar alimentos en los supermercados, continúan las interminables colas en las afueras de los establecimientos y los “bachaqueros” se mantienen en la cacería de los productos regulados.

Definitivamente no dan pie con bola. Un mes ha pasado desde que anunciaron con bombos y platillos el combate contra el “bachaqueo” en el Zulia, y los resultados parecen una fotografía tomada en aquel momento, pues seguimos sin encontrar alimentos en los supermercados, continúan las interminables colas en las afueras de los establecimientos y los “bachaqueros” se mantienen en la cacería de los productos regulados.

¿Cuántos anuncios fallidos tiene este Gobierno? Saque la cuenta usted mismo y verá que no han cumplido ninguna de sus ofertas electorales, ni mucho menos sus promesas de gestión.

Tras el fracaso, la “parada de burro” y el “regaño público y notorio” que le dieron a aquella medida absurda de implantar un chip de racionamiento alimentario; los planes de combate contra el “bachaqueo”, sólo han quedado en anuncios, titulares de prensa y publicidad engañosa, sino, los invito a pasar por un supermercado donde haya harina PAN, azúcar, margarina, pollo o cualquier alimento de la cesta básica que forman parte de la lista de escasez: se dará cuenta que el problema ha empeorado.

Hace unos días denuncié que esto del “bachaqueo” es un  negocio rentable para las mafias que han hecho su agosto con el contrabando de los alimentos, pues a cada “bachaquero” le pagan 150 bolívares diarios, dinero que es recuperado con una buena ganancia al vender sólo un paquete de harina PAN en Colombia, por ejemplo.

¿Quiénes están detrás de este negocio? El Gobierno sabe quiénes son, pero no hace nada. El pendejo es quien sigue pagando los platos rotos de la falta de autoridad y eficiencia.

La situación pareciera empeorar porque resulta que ahora estas personas al entrar a los supermercados luego de estar seis y hasta ocho horas en una cola pasando hambre, sed y calor; se dedican a destapar refrescos, abrir paquetes de galleta o todo cuanto se les ocurra, para consumirlo sin cancelarlos.

A esto se le suma lo degradante que resulta que marquen a las personas como si fueran unas reses; esto ha sido la constante denuncia en los medios de comunicación. Repito, sigue pagando el pendejo, ese que nada tiene que ver con el ilícito negocio.

De qué sirve que digan que han descubierto personas que compran con dos o tres cédulas de identidad; de qué sirve que digan que han detectado empresas fantasmas que compran grandes cantidades de alimentos, de qué sirven que anuncien que los empleados de los supermercados comprarán en determinados días; de qué sirve que nos digan lo que todos sabemos; y no nos digan que tomarán cartas en el asunto. Puro cuento y melodía.

Veamos la otra parte del problema, pues este contrabando es más evidente ahora porque la producción nacional está en niveles preocupantes. El Gobierno sigue sin una verdadera política de incentivo para la producción nacional. La escasez de alimentos que hay en el país no la resolverán uno o dos empresarios, tampoco la importación a medias.

La ausencia de una verdadera política de combate contra el “bachaqueo” es evidente, y repito: dese una vuelta por los supermercados donde hayan productos regulados para que vean las colas en sus adyacencias. Como dicen en Derecho: a confesión de partes, relevo de pruebas.

Sigue el “bachaqueo”, aumenta la escasez y baja la producción nacional. Mientras esta ecuación macabra afecta la calidad de vida de los venezolanos, el Gobierno sigue pensando en el Mercosur.

Deberían dedicarse a resolver los problemas de grandes magnitudes que afectan al país y luego pensar en el Mercosur, Unasur y cuánto convenio han firmado en estos años. Además de petróleo, lo único que exporta esta gestión es una maltrecha chequera que ya no alcanza para los sueños de liderazgo internacional. Sigan pensando en “pajaritos” preñados.

1 comentario:

  1. tiene razon en todo lo que dice, solo espero que el gobierno haga algo y no hable tanto

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