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Pablo Pérez
Estoy seguro que esta pregunta ronda la mente de muchos
ciudadanos. No es casual, ni parte de una guerra económica la difícil situación
que vive Venezuela. Es la consecuencia de años de destrucción del aparato
productivo nacional. Es la secuela de una visión errada de la economía. Es la
metástasis de un modelo que se agotó y fracasó.
De hecho el pasado 30 de enero un grupo de 47 economistas
publicaron un documento muy reflexivo, pero preocupante, sobre la cruda
realidad que afecta a la economía venezolana y que puede resumirse en alta
inflación (de las más elevadas del mundo), severa escasez de productos
alimenticios, higiene personal, medicamentos y hasta repuestos; amplio déficit
en el sector público y una férrea restricción del acceso a las divisas que
necesita la economía.
El Gobierno mantiene una intensa campaña de propaganda
hablando de una supuesta guerra económica en la cual ellos son las víctimas y
resulta que es al revés, ya que ellos son los victimarios porque no sólo han
atentado contra la producción nacional, sino que se han encargado de desfalcar
la Tesorería Nacional con los regalos que mantienen a otros países “aliados”.
Ese argumento de la guerra económica es la estrategia de
siempre de culpar a otros de sus fracasos. La escasez es porque consumimos más,
la merma en la disponibilidad de dólares es culpa de los “raspacupos” y los
viajeros empedernidos y la inflación es responsabilidad de los empresarios
especuladores. Ellos no tienen la culpa de nada y resulta que son culpables de
todo.
Y producto de ese “alegre” manejo de las finanzas
públicas hoy el Gobierno vive momentos de vacas muy flacas, porque los ingresos
no son suficientes para cubrir sus elevados gastos internos y externos. Esa
brecha la vienen tapando a medias con un endeudamiento que ha conducido a que
la deuda venezolana ascienda casi a los 200 mil millones de dólares.
Si sumamos la destrucción del aparato productivo
nacional, con la falta de liquidez en las arcas del Gobierno, encontramos la
razón por la cual el índice de escasez escaló
a más del 20% en diciembre según cifras oficiales, aunque los cálculos
extraoficiales hablan de más del 30% en el índice de escasez.
¿Quiere saber de verdad el tamaño de la escasez en
Venezuela? Pregunte a cualquiera de los ciudadanos que pasan buena parte de su
tiempo recorriendo los comercios formales buscando infructuosamente esos alimentos
que necesitan en el hogar.
Consulte al venezolano que tiene su carro parado porque
no consigue un repuesto o una batería. Indague con ese venezolano que da
vueltas y vueltas y no consigue los medicamentos que necesita para mantenerse
sano o curarse de alguna afección. Y ya puede interrogar a la persona que
necesita un electrodoméstico y no lo consigue gracias a la errada conducción de
la economía por parte del gobierno.
La crisis económica no es cuento, ni es parte de la
guerra económica, es la resultante de la acumulación de errores tras errores.
Es la expresión final de un modelo rentista que explotó. La solución es cambiar
de modelo y de óptica ¿Será capaz el gobierno de entender eso y dar un giro
hacia el progreso, abandonando el socialismo del siglo XXI?
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