Pablo
Pérez
Las horas finales de la Cárcel
Nacional de Maracaibo, mejor conocida como la cárcel de Sabaneta, estuvieron
cargadas de miseria humana, tortura, decadencia y degradación. 16 muertos
fueron el detonante para clausurar un penal saturado y conocido como el segundo
más peligroso de Latinoamérica.
Los últimos sucesos vividos
en Sabaneta demuestran que no hay ningún plan de humanización carcelaria. Que
más bien el Gobierno entregó la autoridad carcelaria a los propios reclusos.
Muchas cosas oscuras se esconden detrás de esas “negociaciones” entre el
ejecutivo y los privados de libertad.
Para este Gobierno las
cárceles sólo sirvieron para sus acostumbrados cambios de nombres, pero en el
fondo todo seguía igual. A los presos se les cambió por privados de libertad y
a los pranes, por líderes negativos.
Ver una fotografía, por
demás espeluznante, en la cual se muestran cuerpos acribillados a tiros, mutilados,
decapitados, con las vísceras y hasta el corazón de un ser humano fuera de su
cuerpo, no ocasiona otra cosa que dolor y tristeza por esas mentes tan
desequilibradas. La vida no vale nada
para estos penados que están muy lejos de la reeducación y rectificación para
insertarse nuevamente en la sociedad.
La pregunta que salta a la
mente, y que nos hemos hecho durante años es ¿Qué sanción han recibido los
guardias nacionales y los custodios del Ministerio de Interior por permitir la
entrada de armas de fuego, granadas, droga, bebidas alcohólicas, mascotas
exóticas, línea blanca, prostitutas y hasta familias enteras para pernoctar? La
respuesta es: ninguna sanción y ningún culpable. Todo eso pareciera que entró
por arte de magia.
Los famosos Pranes, quienes se atribuían el control de la cárcel, salían
en las noches y festejaban en bares de Maracaibo, pero no sólo eso, sino que
además mataban, cobraban y luego regresaban al hogar que los protegía. Lo
asombroso de todo es que esos llamados “líderes negativos” por la ministra de
Asunto Penitenciarios, Iris Varela; eran custodiados por efectivos del Cuerpo
Bolivariano de Policía del estado Zulia (CBPEZ).
Desde Sabaneta se
extorsionaba; desde Sabaneta se planificaban secuestros; desde Sabaneta se
ordenaba quitarle la vida a fulano o zutano. Desde Sabaneta se manejaba gran
parte del mundo delictivo en el Zulia y el Gobierno no hacía nada.
Es tal el poder que tienen
esos “líderes negativos”, que el tal Mocho Edwin tuvo la osadía de decir "yo
me entiendo con Iris". Algo sí reconozco, la ministra Varela, que a mi
juicio no ha manejado eficientemente el tema penitenciario, el desalojo de más
de tres mil presos se llevó con normalidad, sin caídos, ni enfrentamientos para
tranquilidad de los familiares y vecinos de la Cárcel Nacional de Maracaibo. No
se convirtió a Sabaneta en un Rodeo II.
En 14 años que tiene este
Gobierno al frente del país, sólo se han construido dos cárceles. Creo que la
edificación de los penales y su ubicación debe ser de acuerdo a la criminalidad
que hay en determinada ciuidad.
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