Pablo Pérez
Intentar “gobernar” con una calculadora en la mano para
medir el costo político de ciertas decisiones no es “gobernar”, sino burlarse
de las necesidades y problemas del ciudadano. Como es que tenemos una
emergencia por la sequía que tiene en crisis a nuestros embalses y no se ha
declarado la emergencia.
El manejo de la emergencia que por la severa sequía ha
obligado a extremar el racionamiento de agua, cosa que es casi que normal en
Maracaibo, ha sido pésimo. Típico de quienes no asumen sus responsabilidades.
Normal en quienes viven del engaño. Común en quienes sólo están pendientes de
mantenerse en el poder y no de resolver los problemas del colectivo.
La emergencia existe de hecho y no se toman las medidas
más adecuadas del caso. No hay un control real de los pulilavados, por ejemplo,
y saben por qué no lo hay, porque no tienen las competencias para hacerlo, ya
que no han querido decretar la emergencia que les pudiera dar esa facultad de
control. Lo lógico es que dicten normas temporales que permitan restringir el
funcionamiento de todo aquel negocio en el cual el uso del agua sea
fundamental.
Mucho menos hay voluntad para controlar el abuso de
aquellos cuyo negocio es la venta de agua a través de camiones cisternas. Ni
siquiera se ocupan de garantizar que esos camiones estén en las condiciones
mínimas necesarias para que el agua pueda ser potable.
Tampoco actúan contra quienes venden a precios exagerados
el agua embotellada aprovechándose de la urgencia. Esa especulación empeorará y
no habrá quien la detenga, porque la fulana política de precios justos es otro
número de magia barata en un show.
No hay tiempo para perder. No hay espacios para el
cálculo político. No tenemos más opciones que actuar, decidir y castigar a
quienes no cumplan con las restricciones que deben normarse para enfrentar la
escasez de agua. No le hablan con sinceridad al pueblo.
Pero qué podemos esperar de quienes en 15 años no han
resuelto la escasez de agua que de forma permanente sufren centenares de
comunidades en Maracaibo y otras zonas del estado. Para esas personas no hay
emergencia en la actualidad, ya que la sequía forma parte de su normalidad.
Este tipo de conducta es casi que normal en la Venezuela
actual ¿Por qué? Porque el país está lleno de distorsiones y no se asumen los
correctivos ¿Qué tiene que ver la emergencia por la sequía con los otros males
de los venezolanos? Que todos son ejemplos claros y hasta dolorosos del manejo
irresponsable del país y sus problemas.
En el Zulia el problema del agua es la escasez, pero en
Carabobo es la contaminación que ha inundado el sistema Pao Cachinche y que
ocasiona que buena parte de los carabobeños, especialmente los valencianos,
deban consumir agua contaminada que les puede ocasionar graves problemas de
salud ¿Qué han hecho contra ese problema? Nada de nada.
No se hacen responsables por nada. Prefieren pecar por
omisión, antes que atacar los problemas del país ¿Ejemplos? Sobran en 15 años
de conducción de una Venezuela que como secuela está arruinada económicamente y
socialmente, porque el respeto y la tolerancia han casi que desaparecido con
tantos actos irresponsables.
El país se cae a pedazos y no hacen nada. El agua se
desaparece en buena parte del Zulia y ellos no toman las decisiones que deben
tomar. Eso pasa por “gobernar” con una calculadora en la mano para medir el
costo político. Mientras ellos calculan y calculan, el pueblo sufre y sufre.
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