miércoles, 23 de julio de 2014

Una emergencia ¿Sin emergencia?




Pablo Pérez


Intentar “gobernar” con una calculadora en la mano para medir el costo político de ciertas decisiones no es “gobernar”, sino burlarse de las necesidades y problemas del ciudadano. Como es que tenemos una emergencia por la sequía que tiene en crisis a nuestros embalses y no se ha declarado la emergencia.

¿Por qué no han declarado la emergencia? Porque eso tiene un costo político y no lo quieren asumir y prefieren seguir corriendo la arruga y haciendo anuncios parciales que demuestran que si estamos en una emergencia, aunque no haya sido declarada como tal.

El manejo de la emergencia que por la severa sequía ha obligado a extremar el racionamiento de agua, cosa que es casi que normal en Maracaibo, ha sido pésimo. Típico de quienes no asumen sus responsabilidades. Normal en quienes viven del engaño. Común en quienes sólo están pendientes de mantenerse en el poder y no de resolver los problemas del colectivo.

La emergencia existe de hecho y no se toman las medidas más adecuadas del caso. No hay un control real de los pulilavados, por ejemplo, y saben por qué no lo hay, porque no tienen las competencias para hacerlo, ya que no han querido decretar la emergencia que les pudiera dar esa facultad de control. Lo lógico es que dicten normas temporales que permitan restringir el funcionamiento de todo aquel negocio en el cual el uso del agua sea fundamental.

Mucho menos hay voluntad para controlar el abuso de aquellos cuyo negocio es la venta de agua a través de camiones cisternas. Ni siquiera se ocupan de garantizar que esos camiones estén en las condiciones mínimas necesarias para que el agua pueda ser potable.

Tampoco actúan contra quienes venden a precios exagerados el agua embotellada aprovechándose de la urgencia. Esa especulación empeorará y no habrá quien la detenga, porque la fulana política de precios justos es otro número de magia barata en un show.

No hay tiempo para perder. No hay espacios para el cálculo político. No tenemos más opciones que actuar, decidir y castigar a quienes no cumplan con las restricciones que deben normarse para enfrentar la escasez de agua. No le hablan con sinceridad al pueblo.

Pero qué podemos esperar de quienes en 15 años no han resuelto la escasez de agua que de forma permanente sufren centenares de comunidades en Maracaibo y otras zonas del estado. Para esas personas no hay emergencia en la actualidad, ya que la sequía forma parte de su normalidad.

Este tipo de conducta es casi que normal en la Venezuela actual ¿Por qué? Porque el país está lleno de distorsiones y no se asumen los correctivos ¿Qué tiene que ver la emergencia por la sequía con los otros males de los venezolanos? Que todos son ejemplos claros y hasta dolorosos del manejo irresponsable del país y sus problemas.

En el Zulia el problema del agua es la escasez, pero en Carabobo es la contaminación que ha inundado el sistema Pao Cachinche y que ocasiona que buena parte de los carabobeños, especialmente los valencianos, deban consumir agua contaminada que les puede ocasionar graves problemas de salud ¿Qué han hecho contra ese problema? Nada de nada.

No se hacen responsables por nada. Prefieren pecar por omisión, antes que atacar los problemas del país ¿Ejemplos? Sobran en 15 años de conducción de una Venezuela que como secuela está arruinada económicamente y socialmente, porque el respeto y la tolerancia han casi que desaparecido con tantos actos irresponsables.

El país se cae a pedazos y no hacen nada. El agua se desaparece en buena parte del Zulia y ellos no toman las decisiones que deben tomar. Eso pasa por “gobernar” con una calculadora en la mano para medir el costo político. Mientras ellos calculan y calculan, el pueblo sufre y sufre.


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