Pablo
Pérez
Pareciera que el gobierno no interpreta
las encuestas cuyos resultados les dan una situación muy adversa que los
obligaría, de existir sensatez, a maniobrar con mucho cuidado ante el creciente
descontento y la elevada conflictividad social que se vive en Venezuela. Van en
sentido contrario.
A pesar de la crítica situación del país
y del gobierno, estos ahora embisten con la llamada “Consulta Nacional sobre la
Calidad Educativa” que no es más que un engaño para darle cierta legitimidad al
nuevo currículo bolivariano y a la aplicación definitiva de la resolución 058.
Todo es parte de la estrategia por “partidizar”,
más que politizar la educación venezolana. Esta encuadrada en el afán de crear
una hegemonía a todo nivel que les permita construir al “hombre nuevo” del que
vienen hablando desde hace varios años. Es educar a nuestros niños y
adolescentes en el marco de una enseñanza ideológica.
Buscan sembrar en la mente de los
escolares la pertinencia de la injerencia cubana. Tratan de justificar la
existencia de grupos armados al margen de la ley. Y por supuesto persiguen consolidar
la figura de Chávez como un mito, buscando seguir viviendo de la conexión emocional
que el difunto Presidente creó con una parte de la población.
Ese currículo bolivariano fue hecho en
Cuba como parte del interés de los Castro de seguir ocupando a Venezuela y
beneficiándose de sus recursos. No importa lo que usted opine sobre ese nuevo
modelo, esa consulta es un teatro que sólo persigue crear la sensación de haber
consultado al pueblo.
En el sistema que pretenden imponer se
busca acabar con toda posibilidad de disidencia en el presente y en el futuro.
En el presente ejerciendo presión sobre los colegios y los jóvenes que reclaman
un futuro más democrático y transparente. Y en el futuro, porque tratan de
moldear la mentalidad de los niños para ponerlos al servicio del “proceso”.
Afortunadamente se han topado con la
férrea resistencia de padres y representantes en los colegios, quienes por
encima de la “prohibición legal” de manifestar espontáneamente dictada por el
TSJ, están en la calle rechazando con fuerza el intento educativo
gubernamental.
La educación es uno de los temas que une
a todo el país opositor. Nadie desea que a
nuestros niños y adolescentes los formen como milicianos al servicio de
una parcialidad política carente de escrúpulos. Todos rechazamos la conversión
del país en una nueva provincia cubana. Buena parte de los propios oficialistas
ven con recelo y repudian el modelo educativo ideológico y partidista.
La educación es uno de los pilares del
desarrollo de cualquier sociedad, siempre y cuando esté sustentada en la
proactividad, productividad y la formación de ciudadanos caracterizados por el
libre pensamiento. La diversidad y la pluralidad son parte esencial de una
democracia.
Luchemos todos contra el currículo
bolivariano y la resolución 058. Yo no deseo que mis hijos, ni los de ningún
venezolano, aprendan a sumar con la figura del miliciano armado con un fusil.
Tampoco que crezcan rindiéndole pleitesía a la figura de un hombre para saciar
las ansias de poder de un grupito de vivos ¿Tú quieres eso para tus hijos?
@PabloPerezOf
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