miércoles, 11 de diciembre de 2013

La lucha contra el ventajismo

Foto Archivo

Pablo Pérez

Es comprensible que el ciudadano opositor a veces sienta que los políticos no hacemos lo suficiente para derrotar al Gobierno y obtener una mayoría absoluta. Pero a veces ese pueblo olvida que luchamos contra una fuerza que usa y abusa de todos los recursos del Estado para mantenerse en el poder.

No es una excusa lo que explico, pero cada venezolano debe saber y entender con quienes nos hemos enfrentado los que formamos parte de la coalición democrática aglutinada en la Mesa de la Unidad. No tenemos miedo, ni nos amilanamos ante tamaña lucha porque creemos que Venezuela merece una salida que nos encamine hacia el progreso.

Es bien sabido que todos los poderes públicos en Venezuela están sometidos a las directrices del partido de Gobierno. Todos, sin excepción, dicen y hacen lo que sea necesario para preservar este distorsionado proceso en el poder. Por eso ellos no sólo callan ante los atropellos, sino que a veces forman parte de ellos.

El voto asistido es uno de esos abusos. Ellos han aprovechado una pequeña ventana que les abre la Ley, para “institucionalizar” esa práctica que vulnera el secreto del voto. Hay casos como en el municipio Mara, donde el voto asistido es una de las tantas herramientas que usa el PSUV para obtener resultados positivos a su favor.

PDVSA se ha convertido en la caja chica electoral, porque de ahí salen los recursos para pagar la logística de la campaña y del día de las elecciones, lo que incluye el pago de alquiler de sonidos y tarimas, grupos musicales, comida, bebidas y todo lo que haga falta.

Actúan con tal desparpajo, que en época de campaña es normal ver como algunas instalaciones de la industria son usadas como centro de logística. Pero además de eso buena parte de su personal es “obligado” a asistir a los patrulleros y movilizadores para obtener la victoria revolucionaria.

Otros organismos nacionales son usados para tales fines, sometiendo a los empleados públicos a presiones enormes para que no sólo voten por el candidato oficialista, sino que asuman el rol de dirigentes del PSUV so pena de ser castigados o despedidos.

En el mismo camino está la Gobernación del Zulia. Muchos son los empleados del Gobierno regional que se me acercan para denunciar las presiones a las que son sometidos para que hagan un trabajo político, muchas veces abandonando sus verdaderas funciones.

Todo eso ocurre ante la complacencia de cuatro rectoras del CNE que nunca ven nada, ni escuchan nada y siempre desestiman cualquier reclamo opositor. Se comportan de una manera tan ilegal, que hasta autorizan migraciones de candidatos fuera del lapso legal.

A todo esto y mucho más nos enfrentamos los dirigentes de la oposición. Pero eso no nos cambia nuestros objetivos. Estamos claros que esta lucha es dura y difícil. No importa cuánto abusen ellos de su poder, pues nunca abandonaremos esta batalla por Venezuela. Ellos saben que si juegan limpio, pierden todo lo que tienen.


Creemos en una patria libre y de progreso. Queremos un país de libertades y sin persecuciones. Aspiramos una nación donde cesen los abusos. Soñamos con una democracia verdadera y sin chantajes. Por eso trabajamos sin descanso. Los resultados del 8-D no nos satisfacen en su totalidad, pero son pasos positivos en el camino de la recuperación del país. Mantengamos la fe y la esperanza. El tiempo de Dios es perfecto.


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