Pablo Pérez
¿Cuál es el valor del voto para cualquier ciudadano? Esa
pregunta tiene varias respuestas y todas giran en torno a la existencia y
consolidación de un sistema democrático, que permita a sus electores participar
y expresar su opinión sobre una propuesta de gobierno o una gestión que está en
marcha.
Por eso este 8D el pueblo está listo para expresar su
opinión desfavorable hacia la actual gestión que “gobierna” en Venezuela y que está
marcada por la ineficiencia y la falta de una orientación real sobre las
prioridades que tiene el país y que desconoce el camino para satisfacer las
necesidades del público.
Este 8D es una ocasión valiosa que cada venezolano tiene
para demostrar al Gobierno nacional que las cifras que arrojan altísimos
niveles de rechazo hacia la gestión, no son parte de un truco de propaganda en
una guerra imaginaria, como ellos quieren hacer creer. A eso le temen y por eso
se mueven para evitar un castigo severo del pueblo.
Si usted está siendo golpeado por los elevados niveles de
inflación, vote. Sobre todo tomando en cuenta que ese mal que carcome nuestros
ingresos, no es el resultado de una guerra económica, sino de un modelo que no
sólo se agotó, sino que en su lecho de muerte pretende arrastrar a la economía
nacional con una visión arcaica.
Si usted o algún familiar cercano ha sido víctima del
hampa, vote. La inseguridad es una de las razones de mayor peso para acudir
este 8D a evaluar a una gestión que ha sido incapaz de llevar tranquilidad, paz
y sosiego a los venezolanos. No tienen ni idea de cómo enfrentar la
criminalidad desatada.
Si usted teme que en los próximos días no podrá reponer
un electrodoméstico o un repuesto automotriz, vote. Esa es la mejor forma de
demostrar al Gobierno que quienes se aglomeran en colas para comprar a “precios
justos”, están impulsados por la preocupación “justa” de que mañana no habrá
nada que comprar.
Si usted se quedó sin empleo porque trabajaba en una
empresa que fue expropiada, vote. Porque este gobierno en 15 años de uso y
abuso del poder le ha puesto sus garras a centenares de empresas o unidades de
producción, que hoy son un ejemplo vivo y hasta doloroso de una política de
castigo contra el sector privado.
Si usted siente que el Gobierno trata de cercar, ahogar y
aniquilar su derecho a disentir, vote. Haga sentir su malestar ante la
estrategia oficial de presionar a los medios para “invisibilizar” y
“criminalizar” el reclamo popular y mostrar la existencia de un falso clima de
paz y respeto en el país.
Si usted forma parte de ese gran grupo de venezolanos que
piensa y repiensa cómo poder escapar de esta pesadilla emigrando a otro país,
vote. Nuestro país es Venezuela y tenemos que luchar por él. No caigamos en la
trampa oficial que insta a la ciudadanía a irse si no está de acuerdo con el
fulano socialismo.
Por todas y muchas razones más, vote este 8-D. Sólo quien
participa y ejerce su voto, tiene el derecho a levantar su voz de reclamo ante
la ineficacia de un gobierno malo. Cumple con tu compromiso con Venezuela. No
pises el peine de quienes promueven tu abstención para seguir manejando el
poder a su antojo.
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