miércoles, 23 de octubre de 2013

Gobierno sordo e inestable



Pablo Pérez

Este es el segundo artículo que escribo muy preocupado; pues los días siguen pasando, las horas no se detienen y la situación del país se complica cada vez más y no vemos la más mínima voluntad de cambiar. Lo más grave cuando se es gobernante es no escuchar, es creerse que se va por el camino del bien, creerse que uno se las sabe todas más una.

Si yo fuera Maduro pondría las alarmas en rojo al ver las cifras que arroja el último estudio del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), el cual señala que siete de cada diez venezolanos tiene una percepción negativa sobre la situación del país; en ese estudio también se refleja que más de la mitad piensa que la situación política es inestable. 

El Gobierno nacional tiene una papa caliente en sus manos pues cuando se suman tres ítems importantes como el desabastecimiento, alto costo de la vida y desempleo estos arrojan un resultado más grande que la inseguridad, que por cierto sigue siendo el primer problema del país.

La grave situación económica que sacude al país, ya está permeando a lo social y vemos como el malestar sigue en una espiral creciente. La gente está molesta. A la tradicional molestia por la inseguridad se suma el enojo por la escasez, por las colas a las cuales condenan al ciudadano y a la falta de autoridad.

La ausencia de autoridad es más preocupante aún, porque pareciera que no hay Gobierno y que no hay ninguna intención de poner orden en un país que sobrevive en medio de la anarquía y el caos. Y esa percepción popular, sustentada en la dura realidad, en el Zulia se eleva a niveles insospechados.

En el Zulia pretenden vivir de anuncios heroicos. Buscan engañar con supuestas luchas épicas. Y no sólo se han dedicado a desbaratar la obra que la Democracia Social dejó al servicio de los ciudadanos, sino que tampoco cumplen con las promesas que ellos vendieron ¿Hay una real autoridad en  el Zulia?

Con lo ocurrido la semana pasada cuando las cooperativas wayúu tomaron la Residencia Oficial del Gobernador en ejercicio del Zulia, exigiendo que los dejaran seguir llevando los productos de la cesta básica a la Guajira venezolana y colombiana, se demuestra que no.


En medio del caos de ese día y después de 12 horas se llegó a un acuerdo de realizar unas mesas de trabajo, esperamos que los resultados sean más alimentos para los zulianos, productos en todos los supermercados y sin colas, si eso no se logra pues seguiremos viajando a otros estados o a la capital del país a buscar la harina PAN, el arroz o el jabón de baño, aunque me dicen que ya en Caracas comienzan a registrarse fallas preocupantes y para el Gobierno, Caracas es un monstruo dormido que no quieren despertar.

La crisis económica que permeó a lo social explota cuando llega a lo político. Cuando las cosas no marchan bien, hasta evitan tomarse fotos con él. En el Zulia por ejemplo la figura de Nicolás no está siendo utilizada por sus candidatos, por el contrario y como para desligarse y desvincularse, hacen uso de una gama de colores distinta a la del partido de Gobierno; suavizan el rojo y quieren hacerse ver como mansas ovejitas o simplemente andan en otro plan distinto.

En los casa por casa que he venido haciendo por los municipios zulianos, me dicen: Pablo, ya esta situación no se aguanta; Pablo, no tenemos que comer; Pablo, la escuela que nos reparaste la pintaron de rojo pero ya no llega el plan de alimentación; Pablo, destruyeron la avenida Los Haticos que fue modernizada hace un año.

Hoy más que nunca tiene que haber voluntad para cambiar, voluntad  para la apertura, voluntad para sacar el país adelante, brindar bienestar a todos por igual y evitar tocar fondo, puesto que después que se siente en los pies la arena del mar difícilmente se vuelve a tomar aire. Si tú tienes esa voluntad, vota el 8-D.


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