Pablo
Pérez
La ambición política
no tiene medida y sobre todo cuando se trata de un modelo político agotado y
asfixiado, pero cuyos protagonistas persisten en su afán de mantenerse en el
poder cueste lo que cueste y sin importar si dejan a todo un país en ruinas.
Sacrifican el bienestar colectivo, por su permanencia en el Gobierno.
La escasez de
productos de primera necesidad se profundiza y será aún peor, como consecuencia
de la falta de dinero para seguir financiando el costoso modelo
"productivo" basado en importaciones a granel. Ante la falta de
dinero, también apelan al trueque de petróleo por comida o artículos de higiene
personal.
Y lo más grave
es que gran parte de lo que traen a costos enormes, se pierde en los puertos
porque no son capaces de descargar a tiempo las mercancías y mucho menos
distribuirlas a los más necesitados. Se pierde dinero, se pierden alimentos y
no hay ni siquiera un responsable de semejante atrocidad.
Los hospitales
son un verdadero desastre. Hasta en el Zulia donde la democracia social dejó a
los centros de salud en perfectas condiciones, han destrozado todo lo que
dejamos. En todo el país no tienen ni un solo hospital en buenas condiciones.
La crisis asistencial es gravísima y ellos ocultan la verdad.
La
infraestructura vial está colapsada a pesar que declaró una emergencia que de nada
sirve. Las carreteras son una guillotina y los puentes se están cayendo. El
Metro de Caracas es una vergüenza. El Metro de Maracaibo no ha sido concluido.
Y todo esto ocurre a pesar del dinero anunciado para supuestas inversiones.
Estos son sólo
algunos de los problemas que en manos de Maduro se han empeorado. No sabe cómo
resolver la crisis. Sin embargo, para ellos la preocupación es acumular más
poder con una Habilitante y por eso necesitan del diputado 99, al que han
buscado por todas las vías posibles, por cierto, todas ellas ilegales.
El diputado 99
no resuelve los problemas que agobian a los venezolanos, pero si satisface sus
ambiciones desmedidas por perpetuarse al costo que sea en el poder. El colmo es
que usan la excusa del combate de la corrupción para la Habilitante y para
conseguir el diputado 99 ofrecen grandes cantidades de dinero proveniente del erario
público ¿No es eso corrupción? Asimismo manipulan el Poder Judicial para sacar
del juego a la diputada María Aranguren con el fin que su suplente vote con
ellos ¿El abuso de poder no es corrupción?
Quieren la
Habilitante para intentar acorralar la disidencia en el país, para perseguir a
los políticos, para cercar a los medios, para ahogar al país. Quieren la
Habilitante para imponer el Estado comunal ante la derrota que se les avecina
el 8D y así eliminar las Alcaldías, regresando al país a los tiempos macabros
cuando en CCS se decidía todo.
Las comunas
son la excusa y la vía para concentrar aún más el poder alrededor de la figura
del Presidente, lo que implica que cualquier comunidad tendrá que viajar a
Caracas con queso palmita y huevos chimbos para que un funcionario los ayude a
conseguir la solución a alguno de sus problemas.
La Habilitante
es la vía para acorralar al país ante el caos social que hasta los mismos
expertos chavistas vaticinan, ante la falta de dinero y capacidad para resolver
los problemas. El país repleto y agotado con tantos problemas y ellos sólo
desean más poder. Por eso el 99 es el número de la mala suerte.
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