Pablo
Pérez
Al gobierno se le agotaron
las excusas para intentar tapar las negativas consecuencias que han dejado en
el país 16 años de desastre revolucionario. Ya no tienen discurso, ni enemigos
suficientes a quien culpar. Pero mantienen su estrategia de engañar, aunque
cada día menos venezolanos creen sus mentiras.
El impacto que en las
finanzas públicas tiene la caída de los precios del petróleo es culpa del afán
de regalar la riqueza nacional para forjar un liderazgo internacional que de
nada le sirve al país. Pero además es el daño colateral de la corrupción, que según
los oficialistas de Marea Socialista, dilapidó 259 mil millones de dólares.
Frente a esta enorme cifra, los 25 mil millones de dólares del último saqueo de
los corruptos rojos a Cadivipalidecen.
Venezuela está sumergida en
la anarquía. Producto de los errores del gobierno, se han consolidado
distorsiones preocupantes en la sociedad venezolana. Hoy impera la ley del más
vivo para sobrevivir en la crisis.
Los controles de precios y
la sobrevaluación de la moneda, han multiplicado las ganancias de los
contrabandistas, quienes ahora tienen su propio ejército de personas que les
sirven como "recolectores" de productos que son los llamados
bachaqueros.
El control de cambio ha
creado la figura de los "raspacupos", que surgieron para alimentar un
mercado paralelo de dólares que no sería negocio, si aquí hubiese libre acceso
a las divisas. Está demostrado que los controles sólo generan más corrupción.
Pero ellos ganan con esos controles.
El país está sumergido en
una crisis profunda, de la cual sólo percibimos una parte a través de la
escasez, las colas y la inflación. Hay expresiones de la crisis que pasan
desapercibidas porque se han hecho comunes, demasiado comunes. Todo eso en la
mejor etapa del país en cuanto a ingresos económicos. Han sido 16 años
perdidos.
En la satanizada IV
República los gobiernos tuvieron mucho menos ingresos.
Nunca gozaron de precios petroleros tan altos. A pesar de esa debilidad,
supieron llenar el país de grandes obras que apuntalaron la modernización
definitiva de Venezuela.
Hoy esas carreteras están
llenas de huecos, los hospitales sin insumos, las universidades cercadas y
deterioradas y así se acabó con todo lo que la IV República construyó en
Venezuela a pesar de los bajos precios del petróleo. A pesar de los errores,
había más eficiencia que en el desastre actual. Hoy me atrevo a afirmar que en
la IV República se vivía mejor.
Maduro no mencionó todo
este desastre en su memoria y cuenta. No habló de los 25 mil venezolanos que
murieron en hechos violentos en el 2014. Calló ante la corrupción roja. Y sobre
todo, les miente de nuevo a los venezolanos endosando a otros, lo que son sus
propios errores. Venezuela se nos va por un barranco ¿Tú quieres que eso pase? Actívate
y participa. Hazlo por tus hijos y nietos.
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