Pablo Pérez
¿Es una ofensa? Si lo es
¿Es un irrespeto? Absolutamente ¿Es un castigo? Indudablemente que sí. No tengo
dudas, la reactivación de la pretensión de imponer la utilización del chip de
la gasolina en el Zulia se resume en esas tres palabras: ofensa, irrespeto y
castigo contra los zulianos.
En una ocasión un jefe
militar que estaba destacado en el Zulia dijo, sin que se le arrugara la
cara, que por las fronteras del estado sacaban millones y millones de
litros de combustible, pero poco se hizo desde entonces para evitar ese negocio
que desangra las arcas del país.
Recuerdo además
que un alcalde chavista de un municipio fronterizo, no sólo admitió
que en la zona que gobierna se comercia ilegalmente con el combustible, sino
que en ese negocio las mafias contaban con la participación de gandolas de
PDVSA y que había toda una red de complicidad ¿Qué se hizo entonces? Nada
En el Zulia se escuchan
a diario las historias más diversas sobre cómo operan estas
organizaciones, que no sólo sacan gasolina por vía terrestre, sino que utilizan
el lago y los ríos para sus acciones delictivas ¿Y qué hacen las autoridades?
Contra ellos poco, contra el pueblo mucho porque le quieren
racionar el uso del combustible lo que es una violación de la Constitución
Nacional.
Si el pueblo sabe cómo
sacan la gasolina hacia Colombia y las islas del Caribe, la Fuerza Armada tiene
que saberlo con mayor exactitud, porque ellos son
los supuestos garantes de la seguridad y la soberanía fronteriza ¿Qué
ocurre entonces? En las mismas historias que cuentan los ciudadanos se escuchan
versiones sobre los lucrativos beneficios que el negocio aporta.
Nunca ha habido voluntad
de combatir este delito. Es más fácil castigar al pendejo y por
eso regresan con el plan de racionamiento que ya en el 2012, con
la presión de la opinión pública, tuvieron que suspender. Retornan
con la excusa de evitar el bachaqueo de combustible, cuando ellos mismos saben
que las estaciones de servicio apenas son una pieza en el complejo
rompecabezas.
Ahora pretenden engañar
al pueblo alegando que el chip no es para racionar, ni controlar ¿Entonces para
qué es? No saben cómo “edulcorar” el tema para evitar que la gente proteste en
las calles contra esta nueva ofensa, irrespeto y castigo contra los
zulianos.
Quieren disminuir las
pérdidas económicas que genera el contrabando de combustibles penalizando el pueblo. Con
eso demuestran que no tienen voluntad, ni capacidad para enfrentar el problema
y no la tienen porque el ilícito negocio tiene sus tentáculos para
repartir dinero y comprar apoyos.
Con este racionamiento
no se golpea a ninguno de los cabecillas del negocio, sino, por ejemplo, al
chofer de transporte público, a esa persona que hace transporte escolar para
sobrevivir, al taxista que verá restringida su labor diaria y al ciudadano en
general que usa su vehículo para trabajar en un país golpeado por una severa
crisis.
El problema fundamental
no está en ninguna de las estaciones de servicio del Zulia, sino en la
frontera. En esa zona que es territorio de nadie. Bueno, no de nadie, porque
ahí el gobierno es ejercido por las distintas organizaciones que se dedican a
una amplia diversidad de actividades ilegales. El chip les otorga impunidad,
mientras al pueblo se le sanciona con más restricciones.
@PabloPerezOf
No hay comentarios:
Publicar un comentario