martes, 6 de septiembre de 2016

Villa Rosa y la crispación de un país



Pablo Pérez

La conducta asumida por los pobladores de Villa Rosa en el estado Nueva Esparta, cuando por generación espontánea los ciudadanos salieron a las calles a recibir con un estruendoso cacerolazo a Maduro, es una prueba irrefutable de la preocupante crispación que existe en Venezuela.


Pretender negar lo ocurrido en Villa Rosa como un levantamiento popular y calificarlo como una trampa opositora, demuestra una ceguera terrible que no les permite entender las razones de esa actitud de un pueblo agobiado por la crisis y que exige un cambio. Una mayoría incuestionable de venezolanos están cansados de promesas y engaños oficiales. El hambre no espera, ni come cuentos del aparato de propaganda oficial.

Villa Rosa es la mejor encuesta que Maduro puede tomar como base para entender que Venezuela quiere un cambio. Apelar a la represión de los cuerpos de seguridad, es un error que pone las cosas en un contexto mucho peor. En vez de policías o militares, debieron llevar a las instituciones de Gobierno para realizar un verdadero trabajo de gestión solucionando los problemas que afectan a sus habitantes.

El Gobierno va de error tras error. Los radicales están leyendo muy mal la situación del país. No entienden que las encuestas no mienten y que el 80% de los venezolanos aspira un cambio de modelo, más que un simple cambio de nombre en la Presidencia de la República.

El 1S demostró la férrea voluntad de cambio de los venezolanos, quienes con fe y esperanza llenaron tres avenidas de Caracas, mientras el acto oficialista en la avenida Bolívar convocó a menos gente que un circo de pueblo. Esa fue una extraordinaria demostración de civismo y madurez política. La MUD tuvo el control político del acto y se evitó una guerra como pretendía el Gobierno.

Lo de Villa Rosa no es falso positivo montado por la oposición, sino la verdad verdadera de las dimensiones de la crisis, de la falta de confianza del pueblo en el Gobierno y del rechazo que genera la figura de Maduro en la Presidencia de la República.

Maduro debería leer bien el momento y facilitar el revocatorio como una salida pacífica y constitucional. Lo contrario es una muestra de ambición. El modelo fracasó y no hay vuelta atrás. Hagan lo que hagan la gente no los quiere, ni les cree. En política la inteligencia es una virtud. La ceguera un costoso error. La terquedad es imperdonable.


@PabloPerezOf

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