La situación del Gobierno
cada día es más comprometida. No sólo está cercado por la crisis y el deseo
mayoritario de cambio, sino que internacionalmente se consolida la percepción
antidemocrática de sus acciones y se incrementan las presiones para que
dialogue con sinceridad y sin cartas ocultas.
Tal posición fue esgrimida
por el ex Gobernador del Zulia y dirigente nacional de la Unidad, Pablo Pérez,
luego de conocerse que se inició en la OEA el proceso para aplicar la Carta
Democrática Interamericana al régimen.
Pérez explicó que la
posición del secretario general de la OEA, Luis Almagro, es a favor del país y
de la democracia: "El juicio es contra Maduro y su Gobierno y en defensa
del pueblo venezolano sometido a un empobrecimiento brutal y a una
significativa pérdida de las libertades ciudadanas".
Son tan conocidas
internacionalmente las características de la crisis venezolana, remarcó, que
las recomendaciones de Almagro son similares a las condiciones que puso la
Unidad: realización del revocatorio este año, libertad de los presos políticos,
atención a la crisis de alimentos y medicinas, inseguridad y la reinstitucionalización,
entre otros rasgos de la grave situación que vivimos. "Pero es muy
lamentable y hasta bochornoso que la respuesta oficial de Maduro sea en
términos de guapetón de barrio y no con la altura que obliga la majestad de la
Presidencia de la República".
A pesar del comportamiento
del Gobierno el diálogo sincero y real, sostuvo, es una vía adecuada para
concretar el cambio: "Pero un diálogo donde existan condiciones concretas
y viables como la colocadas por la MUD. Ninguna de esas condiciones pueden ser
objetadas por el Gobierno, pues por ejemplo el revocatorio es el mecanismo
constitucional adecuado para destrabar la crisis ¿Qué alegará el régimen? ¿Qué
es golpismo? No podrá".
En la Unidad, puntualizó, no
vamos a aceptar un diálogo para que el Gobierno gane tiempo: "El tamaño de
la crisis obliga a un cambio urgente y la erradicación total del modelo. Ellos
siguen en su juego de sostenerse en el poder sin importar el daño que eso le
haga a Venezuela. Le niegan la posibilidad al pueblo de expresarse. No hay nada
más democrático que someterse a la evaluación del ciudadano, pero ellos le
temen a esa consulta porque saben que serían expulsados del poder".
La presión internacional
abre muchas posibilidades, indicó, porque son cada vez más los países y organismos
que están preocupados por el probable desenlace de esta crisis; "Los
venezolanos no estamos solos y aunque únicamente nosotros podremos resolver nuestros
problemas, esa presión internacional ayuda a contener las arbitrariedades del
Gobierno y también a cuidar la democracia venezolana".
Detalló Pablo Pérez que esto
ha sido posible gracias a todos los hombres y mujeres que integran esa
coalición ciudadana llamada Unidad: "Por eso no descalifiquemos el
esfuerzo. Se que la situación es urgente y apremiante, pero hay que mantener la
calma para acertar en todos nuestros pasos".
Prensa PPA.
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