Pablo
Pérez
La salud de los venezolanos está en su
peor momento en la historia democrática del país. Nunca antes se había
conjugado de tal manera epidemias, escasez de medicamentos y el deterioro muy
marcado de la atención en hospitales y ambulatorios. Y si a eso le sumamos el
errático gobierno que tenemos, nos damos cuenta de las dimensiones reales de la
crisis.
Luego de pedir por la salud de los
enfermos, pidió la intermediación de Dios y la virgen para que aparezcan las
medicinas tan escasas en toda Venezuela. Esa es la dura realidad que deben vivir
todos los venezolanos, pero especialmente aquellos que lamentablemente tienen
padecimientos crónicos.
Para desgracia de la población, la
escasez de medicamentos ha coincidido con las epidemias de Dengue y Chikungunya,
lo que por supuesto ha desnudado la terrible pesadilla que estamos viviendo los
venezolanos. Una pesadilla que intentan
disfrazar con toda una ofensiva propagandística que busca vender un país que no
existe.
¿Y cuál es la respuesta del gobierno
ante tantos males? Mentiras, manipulación y el endosarle a otros las
consecuencias de 15 años de ineficiencia. Lo hemos dicho en múltiples
oportunidades: no son capaces de enfrentar sus propios errores, sino que se los
atribuyen a guerras y conspiraciones de todo tipo que sólo existen en las
mentes perversas de quienes han usado y abusado del poder.
La única esperanza que nos da el
gobierno es que van a llegar 29 millones de tabletas de acetaminofén. Casi que
pretendían que el pueblo celebrara tal hazaña, cuando es una obligación del
gobierno abastecer de medicamentos el sistema público y además entregar las
divisas para que el sector privado compre los "remedios" del pueblo.
Ni una cosa, ni la otra. Hasta los 29
millones de tabletas de acetaminofén son una burla, porque eso representa menos
de una pastilla para cada venezolano ¿Habrá sacado esa cuenta el ministro que
dio la "gran" noticia? No hay medicinas suficientes para atender los
males que golpean a la población. No hay creatividad para resolver las
distorsiones. No hay seriedad en el manejo de Venezuela.
El país vive un deterioro a todo
nivel. Algunos de los problemas que agobian a los venezolanos son medianamente
tolerables, pero con la salud no se juega. Un enfermo crónico no puede esperar
a que la burocracia oficial cumpla con su deber, si es que cumple con su deber.
Ojalá la petición de monseñor José
Valera en la bajada de la virgen no sólo se cumpla a nivel de la escasez de
medicamentos, sino con todas las dificultades que se viven en el país. La
sociedad venezolana está en una especie de olla de presión por todos los
problemas acumulados y agravados. Lo peor es que no hay válvulas de escape a
tanta tensión, malestar y ausencia de esperanza. Que Dios y La Chinita protejan
a Venezuela.
@PabloPerezOf
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